Compartir

Volkswagen AG dijo el jueves que una “cadena de errores” que comenzó con los esfuerzos de la empresa por aumentar su flota de autos diésel en EE.UU. en 2005 y una “cultura de tolerancia” frente a la infracción de normas permitió que el engaño de las emisiones continuara por una década, señalan William Boston, Hendrik Varnholt Y Sarah Sloat en The Wall Street Journal.
ERRORES-VW
Aunque no dieron muchos detalles, el presidente de la junta y el presidente de la automotriz reconocieron que los ingenieros introdujeron software que reduciría las emisiones de óxidos de nitrógeno en muchos de sus motos diésel, después que se dieron cuenta que no había una forma legal para que esos motores cumplieran con los estándares de emisiones de EE.UU. “en el plazo y presupuesto requerido”.

Los comentarios del presidente de la junta, Hans Dieter Pötsch y el presidente ejecutivo Matthias Müller durante una conferencia de prensa de dos horas, fueron los más amplios desde que inició el escándalo en septiembre. Sin embargo, aún no lograron resolver preguntas clave.

Aún no se sabe quién ordenó la instalación del software en los motores, en qué momento y quién lo encubrió por tanto tiempo.

“No hubo un solo error, sino una cadena de errores que nunca fue rota”, dijo Pötsch, absteniéndose de dar más detalles cuando los reporteros lo presionaron.
Pötsch, que antes de la crisis era el director financiero de la empresa, dijo que esta cree que un grupo pequeño de empleados llevó a cabo el ardid. La auditoría interna no encontró evidencia de que miembros de la junta ejecutiva o de supervisión estuvieran involucrados en el fraude, dijo.

El ejecutivo dijo que las raíces del engaño estaban en “el mal comportamiento y falencias de empleados individuales”, procesos internos insuficientes para detectar tal fraude y “una mentalidad en algunas áreas de la compañía que toleraba la infracción de reglas”.

La automotriz suspendió a nueve gerentes de los que se sospecha que están involucrados en el fraude, pero agregó que aún no se sabe si alguno de ellos es culpable. Uno de los gerentes, Ulrich Hackenberg, un ingeniero veterano de 30 años de Volkswagen renunció la semana pasada.

Hackenberg no ha hecho comentarios al respecto.