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Usar Facebook, responder inmediatamente un e-mail, agregar una PD al final de un correo o golpear un celular que no funciona bien puede delatar su edad.
ANCIANO-TECNOLOGICO
¿Envía e-mails correctamente redactados, sin faltas de ortografía, separados en párrafos claros y pertinentes, firmados al final y con el espacio adicional obligatorio después del punto final?

De ser así, muy probablemente sea una persona de edad. ¿De qué edad? Según un estudio no muy científico de todas las personas que conozco, diría que de más de 40, pero es probable que de 50 para arriba.

¿Cuáles son los indicios que hacen que un e-mail expeditivo, claro e informativo denote la edad?, se pregunta Jonathan Margolis en el Financial Times.

El principal de todos es seguir usando el e-mail. Por motivos que no llego a entender (aclaro que soy bastante mayor de edad), la mayoría de mis amigos más jóvenes prefieren el engorroso e impredecible servicio de mensajería de los sitios de las redes sociales o bien complejas aplicaciones de mensajería móvil, como WhatsApp. Se reservan la franqueza y simplicidad del e-mail para escribir a personas mayores, por ejemplo.

En segundo lugar, responder rápido los e-mails, delata la edad. Los jóvenes (es decir, los menores de 40 años) se jactan de ser rápidos para la mayoría de las cosas, pero cuando se trata de comunicaciones electrónicas, demorar unas horas en responder o no responder nunca no solo está permitido, sino que es cool.

No significa que uno no les cae bien; simplemente interactúan cuando tienen ganas. En vez de mantener conversaciones escritas -lentas y aburridas-, las personas de alrededor de 40 prefieren un estilo más parecido a los gruñidos adolescentes.

A continuación, Jonathan Margolis en el Financial Times nos presenta su guía 2016 para detectar otros indicios que delatan la edad, aparte de los e-mails. Se pueden actualizar los hábitos tecnológicos y parecer más moderno o seguir con la vieja tecnología y a mucha honra. Solo una opinión.

– Golpear los dispositivos para que dejen de funcionar mal. Esto ya no va más desde 1974.

– Sacudir los celulares cuando hay mala señal. Y gritarles como si fuesen antiguos teléfonos fijos.

– Golpear las pantallas táctiles. Las personas mayores creen que los botones tienen que presionarse con fuerza para que los dos contactos se toquen. Les parece que lo táctil querequiere apenas un roce de los dedos– es poco intuitivo.

– Confundirse en Facebook, especialmente haciendo públicas conversaciones privadas. “Espero que estés bien, ¿cómo te fue con la histerectomía?”
 – Ahora que lo pienso, Facebook, sin ir más lejos, es en general para personas mayores.
– Enfurecerse con la ineptitud. Suelo enviar tweets furiosos (¡soy muy moderno!) a empresas por las estupideces que publican en sus sitios web. Mis hijos reconocen que hay partes de los sitios que están mal diseñadas, pero se ríen cuando “papá despotrica contra alguno”.
– Usar auriculares bluetooth en público, sin saber que uno parece un taxista.
– Apagar dispositivos electrónicos a la noche, una reliquia de cuando aparatos como televisores podían prenderse fuego repentinamente.
– Dar los números de teléfono en forma correcta. Los mayores saben que decir “011 4850 4500” es correcto y ergonómico. Los jóvenes dirán “01148504500” o, peor aún, combos extraños como “11 4850 4500”.
– Dar su propio número al contestar el teléfono; esto es tan sesentoso que no puedo creer que los hipsters no lo hayan adoptado.
– Usar lenguaje de texto en mensajes de texto. Los jóvenes prefieren usar un celular con tapa antes que decir “CU L8R” (nos vemos luego), como sus padres.
– Nunca usar la sigla “LOL” (reírse a carcajadas) en una comunicación electrónica. Según un informe de Facebook, El idioma no tan universal de la risa (The Not-So-Universal Language of Laughter), solo 1,9% de las personas, de una edad promedio de 28 años, usa esta sigla. Los jóvenes usan “jaja” para denotar una broma. Sin embargo, si es mayor, hasta es preferible evitarlo.
– No poder diferenciar instintivamente sitios web de confianza de otros poco fiables… y sospechar de todos.
– Molestarse cuando las personas revisan sus teléfonos en medio de una conversación.
– Que la privacidad importe. A los jóvenes esto no les entra en la cabeza
– Perdón, pero volviendo al e-mail: no adjuntar el archivo que uno dice que adjuntó. Ah, y agregar un “PD” al pie de un e-mail. Cualquier cosa menos eso.
– Por último, usar empresas de e-mail antiguas, como Yahoo o, peor aún, AOL. Conseguir un e-mail de AOL es como descubrir que todavía se venden zanahorias en conserva en el supermercado. Esto, sin duda, revela que uno tiene edad suficiente para saber que las zanahorias en conserva pasaron de moda.