Empezó como productor musical y hoy es uno de los máximos exponentes del “Marketing Man” del nuevo milenio. Igual vende discos, diseña zapatillas deportivas, ropa y accesorios y copa portadas de cualquier revista que se precie.
Empezó como productor musical y hoy es uno de los máximos exponentes del “Marketing Man” del nuevo milenio. Igual vende discos, diseña zapatillas deportivas, ropa y accesorios y copa portadas de cualquier revista que se precie. Kanye West es ejemplo para las nuevas generaciones y su impacto mediático empieza a cobrar dimensiones bíblicas.
Kanye y Kim, Kim y Kanye, probablemente la pareja más mediática del siglo XXI. Pero seamos realistas, únicamente uno de los dos tiene talento suficiente para crear algo de la nada y comercializarlo como si fuera el objeto más deseado sobre la faz de la tierra; ella, en cambio, lo que tiene son unas curvas de aúpa y un dominio de las redes sociales que darían envida al mismísimo Mark Zuckerberg. Por razones obvias y por lo que supone a nivel comunicación en este reportaje nos queremos centrar en West y en su habilidad para traspasar la frontera musical y convertirse en icono del marketing actual.
La música, el origen de todo
Kanye West inicia su andadura como productor en Roc-A-Fella Records donde alcanza cierto renombre por su trabajo en el álbum de Jay-Z “The Blueprint”. Le seguirían sencillos de Alicia Keys, Ludacris y Janet Jackson. En 2004 publica su primer disco como cantante, “The college dropout” al que le sigue, al año siguiente “Late registration”. A partir de ese momento el bueno de Kanye sale prácticamente a disco por año hasta que en este 2016 lanza “The life of Pablo”, el séptimo álbum de su carrera precedido por una espectacular campaña de autobombo promovida por el propio artista desde su cuenta oficial de Twitter que tuvo su climax en el Madison Square Garden, donde West hizo acto de presencia ataviado con sus Yeezy, uno de sus jerseys XXXL y un portátil bajo el brazo. En definitiva, una versión 3.0 del fallecido Steve Jobs.
Sus inicios con Nike y el salto a Adidas
West es un hombre enamorado de la moda y de las pasarelas, los fashion shows y todo lo que respire a lanzamiento realizado a bombo y platillo. Por eso no sorprendió a nadie que allá por 2010 se empezará a hablar de un acuerdo de colaboración entre él y Nike. El resultado de ese acuerdo fue el lanzamiento de las Yeezy (apodo por el que también se conoce a West). Las Nike Yeezy se convirtieron en un éxito sin precedentes y a los pocos días de ver la luz ejemplares en eBay superaban los miles de dólares. En ese momento Kanye West era como el rey Midas, todo lo que tocaba se convertía en oro.
Con ventas de las Yeezy superando records, en 2013 Adidas, uno de los grandes rivales de la marca de Oregón, le hacía una propuesta a West que pocos, por no decir nadie, podrían rehusar. Más libertad creativa y más dinero. Así nacían las Adidas Yeezy. Y de nuevo desde su aparición, éxito y ventas para contentar al más exigente de los jefes. Eso sí, más de uno ve parecidos más que razonables entre las Yeezy Boost 350 y algunos de los modelos ya existentes de Nike si bien no parece que eso esté perjudicando en modo alguno las ventas.
El hombre del billón de dólares
Durante el pasado mes de junio Adidas anunciaba un nuevo acuerdo al que había llegado con West. El proyecto consiste en poblar las principales ciudades del mundo de tiendas Yeezy en las que todo el que lo desee, y siempre que queden existencias, uno podrá hacerse con zapatillas, ropa y accesorios diseñados por nuestro protagonista. Según algunas fuentes, Kanye está incluso en el proceso de diseñar ropa deportiva para deportes como el baloncesto y el fútbol americano, es decir competencia aún más directa hacia Nike o lo que es lo mismo, más leña al fuego.
No hay fechas aún marcadas en el calendario y según parece no existe en estos momentos un timing demasiado concreto. West nunca ha sido un tipo al que le van las prisas. Sin embargo, el día que la operación se ponga en marcha son varios los expertos que vaticinan que el rapero/diseñador puede convertirse en el primer celebrity en alcanzar el billón de dólares. Como se dice en estos casos, es solo cuestión de tiempo.
Texto: Sergi Nebot