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El declive ha obligado a algunas casas editoriales a recortar costos y realizar drásticos cambios en sus productos.

 

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Los periódicos sufren una caída acelerada de la publicidad en sus ediciones impresas, un mercado que estaba bajo presión, lo que ha obligado a algunas casas editoriales a recortar costos en forma significativa y hacer drásticos cambios en sus productos impresos y digitales, señala Suzanne Vranica y Jack Marshall en The Wall Street Journal.

Se calcula que el gasto global en anuncios en diarios impresos caerá 8,7% este año a US$52.600 millones, según GroupM, una firma de compra de publicidad propiedad de WPP PLC. Se trataría de la mayor caída desde la recesión, cuando el gasto mundial en publicidad descendió 13,7% en 2009.

El declive está golpeando a los principales grupos editoriales, intensificando la presión para que aumenten más rápido las fuentes de ingresos digitales para compensar los ingresos perdidos y, en algunos casos, se replanteen el formato de sus productos impresos y la clase de contenido que publican.

Muchos periódicos han reducido costos ante las caídas de los ingresos publicitarios mayores a las previstas. The New York Times Co. y News Corp., el grupo de medios que publica The Wall Street Journal, probablemente tengan que hacer una nueva ronda de despidos, mientras que los diarios británicos Guardian y Daily Mail acaban de hacer recortes de personal. Firmas de análisis como Jefferies & Co. han reducido sus estimaciones del tercer trimestre para empresas como New York Times y Gannett Co.

“Operamos en condiciones del mercado rápidamente cambiantes, en especial en el mundo de la publicidad en prensa”, escribió en un memorándum dirigido a los empleados Gerard Baker, editor jefe de The Wall Street Journal. “Son días de una aceleración de los cambios en el negocio de los periódicos”.

A la luz del pronunciado declive, The Wall Street Journal anunció la semana pasada una reorganización de sus ediciones impresas que incluye una consolidación de secciones y otras reducciones de costos orientadas a hacerlas más sostenibles a largo plazo y acelerar la transformación digital. Mientras tanto, The New York Times trabaja en una estrategia para aumentar en forma significativa los ingresos digitales para 2020, incluyendo trasladar más recursos a iniciativas digitales y buscar formas de renovar algunas secciones, como la de noticias metropolitanas.

“No cabe duda que ha sido un año difícil para la prensa en el primer semestre”, reconoció Meredith Kopit Levien, directora jefe de ingresos de New York Times.

Los periódicos están en una carrera contra el tiempo para expandir sus ingresos digitales para compensar el colapso de la publicidad impresa. Aunque han hecho avances, se topan con grandes desafíos, como el dominio de Facebook y Google en el mercado digital y la dificultad de generar ganancias con los productos móviles.

Durante la última década, los anunciantes han reducido la publicidad en los diarios por una serie de motivos, como la caída de la circulación, el envejecimiento de los lectores y la necesidad de financiar sus proyectos digitales. También hay otros factores que han cobrado más importancia en el último tiempo como el creciente uso de la analítica de datos en el proceso de compra de espacio publicitario. Además, las empresas incursionan con fuerza en los videos en internet y sectores como las cadenas minoristas, los servicios financieros y las telecomunicaciones están disminuyendo su gasto en ediciones impresas.

En un esfuerzo por apuntalar sus ingresos de publicidad digital, muchas editoriales están dejando de lado los avisos tradicionales tipo banner, que son baratos, e incursionando en segmentos potencialmente más rentables como la publicidad nativa, una versión en línea de los tradicionales publirreportajes, anuncios de video y realidad virtual. Hasta el momento, no obstante, los ingresos por concepto de publicidad digital no crecen con la suficiente velocidad para contrarrestar las caídas de los avisos impresos, en particular porque la publicidad en diarios sigue siendo relativamente cara.

–Lukas I. Alpert contribuyó a este artículo.