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Hacia el final de su embarazo, Janisse Flowers fue instada por una enfermera de su ginecólogo a que descargara una aplicación en su iPhone para monitorear la frecuencia con la que enviaba mensajes de texto a sus amigos, el tiempo que hablaba por teléfono y las distancias que recorría todos los días.

La aplicación formaba parte de un esfuerzo del médico de Flowers para probar si datos del smartphone podían ayudar a detectar síntomas de depresión posparto, una condición que afecta a las mujeres después de dar a luz y que pocas veces se diagnostica.

La empresa creadora de la aplicación, Ginger.io Inc. de San Francisco, comparó datos de Flowers y cerca de otras 200 mujeres con sus respuestas en una encuesta semanal empleada para diagnosticar depresión. La empresa indica que halló que patrones de conducta como una menor movilidad los fines de semana y llamadas telefónicas más largas estaban vinculados a peores estados anímicos en las encuestas, señala Joseph Walker en The Wall Street Journal.

“Es muy escalofriante pensar que alguien puede saber tu estado anímico” basado en datos del teléfono, apunta Flowers, quién dio a luz a gemelos el año pasado. Pero “sentí que esto era algo que me ayudaría mientras me encontraba en una situación vulnerable”.

La aplicación de Ginger.io forma parte de una nueva generación de tecnologías de supervisión médica que doctores, hospitales y empresas de seguros de salud están empezando a utilizar. Mientras que los monitores de estado físico como FitBit registran la distancia recorrida y las calorías quemadas, aplicaciones más recientes y otras herramientas miden el volumen de mensajes de texto, el tono de la voz y otras conductas para dar un vistazo al bienestar psicológico de los pacientes, que los médicos dicen puede tener una correlación alta con la salud física. Por ejemplo, la aseguradora estadounidense Aetna Inc. indica que emplea software de análisis de voz de algunas llamadas telefónicas para lograr que gente que está recibiendo prestaciones por discapacidad a corto plazo regrese al trabajo más pronto.

“Hay 4.000 millones de teléfonos en el planeta, y resultan ser diarios sumamente poderosos de la vida de una persona”, anota el presidente ejecutivo de Ginger.io Anmol Madan.

La aplicación de Ginger.io, llamada Ginger.io, está siendo utilizada por 30 centros médicos en Estados Unidos, dice la empresa. Los Institutos Nacionales de Salud de ese país han otorgado un subsidio de US$2,4 millones a investigadores de la escuela de salud pública de la Universidad de Harvard para desarrollar una aplicación que analice factores como cuando los pacientes bloquean y desbloquean sus teléfonos para determinar patrones de sueño en personas con desordenes psiquiátricos. Los investigadores en la Universidad de Michigan están desarrollando una aplicación para smartphones que registra y analizan los patrones vocales de los pacientes durante llamadas telefónicas para predecir si alguien se encuentra al borde de la depresión o la manía.

Muchos médicos y ejecutivos de hospitales son renuentes a usar las tecnologías sin evidencia sólida de que los beneficios justifican el tiempo y el gasto requeridos. También hay preocupaciones sobre privacidad, incluyendo seguridad de datos y si los pacientes se alarmarán ante lo que podría interpretarse como una vigilancia entrometida.

“Me pregunto cómo las empresas tranquilizarán a las personas de que cuando descarguen una aplicación que puede monitorear todo lo que están haciendo, los datos no serán utilizados en su contra”, expresa Timothy G. Ferris, un internista y vicepresidente de gestión de salud en Partners HealthCare, el mayor proveedor de salud en el estado de Massachusetts.

Ferris dice que le llueven ofertas de tecnologías para frenar los crecientes costos en servicios de los hospitales, pero rara vez hay evidencia convincente que corrobore sus afirmaciones.

Otros sistemas de salud como Novant Health, una red de hospitales sin fines de lucro en el sureste de EE.UU. en el que Flowers dio a luz, están empezando a utilizar las herramientas de monitoreo.

Novant está empleando la aplicación Ginger.io principalmente con pacientes que sufren de condiciones psiquiátricas. Sin embargo, el sistema también lo ha estudiado con pacientes diabéticos —al igual que con mujeres embarazadas y nuevas madres— para corroborar si los síntomas de depresión en los datos de los smartphones de pacientes corresponden con las autoevaluaciones de estados de ánimo bajo. Los datos telefónicos de los pacientes son descargados a computadoras de Ginger.io de manera automática, y los pacientes reciben una alerta en sus teléfonos cada semana dirigiéndolos a completar una encuesta.

Novant evaluará los resultados del programa piloto y decidirá si utilizar la aplicación como una herramienta de diagnóstico para la depresión posparto en el futuro. Ehab Sharawy, jefe de consulta de ginecológica de Novant en Huntersville, Carolina del Norte, dijo que los resultados del programa piloto mostraron que la aplicación tiene el potencial de identificar síntomas de depresión pero que tendrá que reproducirse en estudios más grandes.

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