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Por Elizabeth Bernstein

(INTROVERTIDO – EXTROVERTIDO – AMBIVERTIDO) Emeroy Bernardo disfruta de pasar tiempo solo, meditando, haciendo ejercicio y trabajando. Cuando sale a cenar o a tomar algo con amigos, a veces observa en silencio las expresiones faciales y el lenguaje corporal de la gente. A menudo, cuando sale de compras o a dar una vuelta, ignora a personas que conoce, fingiendo que no los ve, para evitar charlar con ellos.

Aun así, este joven de 27 años de edad, profesor de baile de Glendale, California, se considera amigable y es sociable en casi todas partes—en el gimnasio, en Starbucks, en la sala de espera de un aeropuerto. En las fiestas, Bernardo es a menudo el tipo que empieza a bailar y a lucir sus destrezas en la pista.

¿Es Bernardo un introvertido o un extrovertido?

Es una combinación de ambos, un “ambivertido”, dice Elizabeth Bernstein en The Wall Street Journal.

Los rasgos de la personalidad extrovertida e introvertida integran un espectro. La mayoría de los expertos se ha focalizado en los dos extremos de esa gama, pero ahora, psicólogos sociales, científicos de la conducta y expertos en negocios están observando más de cerca la categoría que se encuentra en el medio: la “ambiversión”. Y afirman que debido a su adaptabilidad, las personas con este rasgo pueden tener algunas ventajas personales y profesionales.

Los expertos creen que los rasgos de personalidad a lo largo del espectro introversión-extroversión aparecen en la infancia, son difíciles de cambiar y permanecen estables a lo largo de la vida. En un extremo están los extrovertidos, quienes se cargan de energía externamente. Les encanta tener un montón de gente alrededor de ellos y ser el centro de atención. Disfrutan de participar en una lluvia de ideas con otros y arman sus pensamientos a medida que hablan. Cuando están solos se aburren o se ponen inquietos fácilmente.

Los introvertidos, en el otro extremo del espectro, se energizan internamente. Prefieren pasar tiempo solos, con otra persona o con un grupo pequeño. Demasiada interacción social o estar en medio de una multitud los agotan. Son cuidadosos para armar sus pensamientos antes de hablar.

Los “ambivertidos” tienen rasgos de los introvertidos y los extrovertidos, pero ninguno de ellos es el rasgo dominante. En consecuencia, tienen personalidades más equilibradas, con más matices. No están todo el tiempo dándole a uno la lata, ni se quedan felices en un rincón sin hablar.

Se mueven entre el ser social y el ser solitario, hablando o escuchando atentamente con mayor facilidad que los extrovertidos o introvertidos. “Es como ser bilingüe”, dice Daniel Pink, autor de libros de negocios y presentador de Crowd Control, una serie de televisión sobre comportamiento humano. Pink ha estudiado la ambiversión y asegura que “Tienen una amplia gama de habilidades y pueden conectar con un mayor número de personas de la misma manera que lo hace alguien que habla inglés y español”, dice.

Unas simples preguntas permiten determinar si usted es un ambivertido o no. ¿Qué es lo que usted anhela después de un largo día de trabajo, cuando necesita recargar las pilas: juntarse con amigos o tirarse en el sofá frente al televisor con el control remoto? Cuando está en un evento social, ¿en qué momento quiere irse: tan pronto como llega o después que se ha ido la última persona? En una conversación, ¿prefiere pensar bien sus respuestas antes de abrir la boca o dice lo primero que le pasa por la mente? (Pink, autor de “Vender es humano: La sorprendente verdad sobre cómo convencer a los demás”, es quien ha desarrollado el cuestionario) Si usted es un ambivertido, sus preferencias se ubicarán en algún lugar intermedio: usted elige beber algo con un amigo después del trabajo, pero después se va a su casa y da un largo paseo con el perro.

Un estudio sobre este tema, publicado en junio de 2013 en la revista Psychological Science, analizó a 340 representantes de centros de llamadas y demostró que la flexibilidad social y emocional de los ambivertidos dentro del grupo los hacía mejores vendedores que el resto. Los participantes completaron un test de personalidad de 20 parámetros y luego un investigador hizo el seguimiento de las ventas generadas por cada uno de ellos durante los tres meses siguientes, controlando su análisis con otras variables. Los empleados con los mayores ingresos promedio (US$208 por hora, en comparación con US$138 de la muestra completa) fueron personas cuya puntuación del test de personalidad se ubicaba exactamente en la mitad entre la extroversión y la introversión.

“Los ambivertidos; son como Ricitos de Oro, no ofrecen ni mucho ni muy poco”, dice Adam Grant, psicólogo organizacional y profesor de psicología en la Escuela de Negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania. Grant cree que esta agudeza emocional también da a los ambivertidos habilidades únicas para la crianza de los hijos y el matrimonio.

El inconveniente de ser un ambivertido, dice, es que a veces puede ser difícil saber con qué lado de su personalidad encarar una situación dada. A diferencia de los extrovertidos y los introvertidos, quienes tienden a saber qué es lo que los energiza, los ambivertidos no siempre pueden estar tan seguros. Eso significa que a veces pueden quedarse atascados en una situación, sin darse cuenta que tienen que cambiar su enfoque para sentirse más motivados.

Carl Jung, quien popularizó los conceptos de extroversión e introversión a principios de la década de los 20, identificó al tercer grupo de personalidad, pero no le dio un nombre ni escribió mucho al respecto. No fue sino hasta la década de los 40 que el término “ambivert” comenzó a ser utilizado por los psicólogos de habla inglesa.

La ambiversión ha recibido más atención en los últimos años, gracias a los libros, charlas TEDx y firmas de consultoría que se centraron en el análisis de la introversión y en el impacto de los rasgos de personalidad en el comportamientos de las personas en su matrimonio, familia y trabajo. Más de la mitad de la población es ambivertida, dice el Dr. Grant. Su investigación muestra que más o menos dos tercios de las personas pertenecen a esta categoría, mientras que solo un tercio son fuertemente introvertidos o extrovertidos.

“Un introvertido y un extrovertido saben muy rápidamente lo que quieren”, dice Laurie Helgoe, autora de “El poder de la introversión: Tu vida interna es tu fuerza oculta” y profesora asistente en el departamento de psicología y servicios humanos del Davis & Elkins College en Elkins, Virginia Occidental. Helgoe dice que los introvertidos generalmente quieren alejarse de la estimulación o la interacción y reagruparse, mientras que los extrovertidos quieren encontrarse con gente y estar en actividad. Los ambivertidos pueden tomar cualquier rumbo según la situación, dice ella.

Si usted es un ambivertido, sea consciente de ello, dice Helgoe. “Si usted es consciente de que puede actuar en ambos sentidos, entonces podrá analizar una situación y ver qué comportamiento va a ser más eficaz y gratificante”.

Piense en “introvertido” y “extrovertido” como si fueran verbos, dice Beth Buelow, una conferencista, entrenadora emocional y fundadora de The Introvert Entrepreneur, un sitio web para introvertidos. “Usted puede elegir introvertirse (ir hacia dentro suyo) o extrovertirse (proyectarse hacia afuera) dependiendo de lo que la situación exija”.

Grant advierte que los ambivertidos deben tratar de no quedar atrapados en el rol de introvertido o extrovertido y tratar de permanecen emocionalmente ágiles. Además, quedarse en una de esas posiciones mucho tiempo también podría drenar emocionalmente al ambivertido. Las señales de advertencia son el aburrimiento y el agotamiento.

El profesor de Wharton recomienda “desatar su ambivertido interior”. “Lea cada situación con más cuidado”, dice, “y pregúntese, ‘¿qué necesito hacer ahora mismo para ser más feliz o exitoso?’”

INTRODUCCION A LOS TIPOS DE PERSONALIDAD

La autora y entrenadora emocional Beth Buelow, describe conductas típicas.

– Ambivertido

Socialmente flexible, cómodo en situaciones sociales o en soledad.

Hábil en la comunicación: intuye cuándo escuchar o hablar.

Moderado en el estado de ánimo: ni demasiado expresivo ni muy reservado.

Adaptable, puede cambiar su actitud para adaptarse a la situación.

– Extrovertido:

Energizado por estimulación externa (contacto con gente, el medio ambiente, actividad)

Procesa sus pensamientos mientras habla.

Motivado por recompensas externas, el reconocimiento y la retroalimentación.

Accesible y fácil de tratar.

– Introvertido:

Se energiza internamente, mientras está solo.

Anhela la soledad para equilibrar su vida social.

Habla solo cuando tiene algo que decir.

Piensa antes de hablar y procesa en silencio sus pensamientos.

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