Todo parece indicar que el mundo corporativo se ha estado equivocando en la forma que maneja la motivación de los empleados.
Por ejemplo, es común que ejecutivos le pidan a jefes o gerentes que inviten a sus equipos a almorzar más seguido para “mantenerlos motivados”.
Diversas estadísticas confirman que no entendemos mucho sobre motivación. Las cifras han venido decayendo a pesar de los millones de dólares que las compañías invierten en levantar la moral de sus empleados. Los expertos continúan haciendo encomiables esfuerzos para intentar que las empresas se enfoquen en estos temas. Sin embargo, un estudio de Towers Watson indica que cerca de dos tercios de los empleados de Estados Unidos no se encuentran motivados con sus trabajos y, como consecuencia, son menos productivos. En respuesta a resultados como éste, los ejecutivos exhortan a sus gerentes a pasar más tiempo con sus equipos, señala Dov Seidman, autor del libro How.
Pero, ¿qué sucede si el almuerzo es cínico, aburrido e incluso desagradable?, o ¿si el tiempo adicional que los empleados pasan con sus jefes es tortuoso y superfluo, en lugar de constructivo, colaborativo o inspirador? Sabemos bien lo que sucede: la motivación continúa desplomándose, tal como ha venido ocurriendo por años. Nuevamente hemos estado aplicando una solución de “CUÁNTO” a un problema de “CÓMO”.
La frecuencia de almuerzos, programas de voluntariado o ejercicios de trabajo en equipo no se traduce en mayores niveles de motivación. Ésta se encuentra determinada por la calidad y profundidad de dichas interacciones, y por las travesías en las que los jefes logren involucrar a sus equipos. Gracias a un profundo análisis estadístico de más de dos millones de observaciones de empleados sobre sus ambientes de trabajo alrededor del mundo, ahora conocemos:
a) Las cualidades específicas que deben imperar e inspirar genuinamente el liderazgo, la toma de decisiones y el comportamiento dentro de una organización para generar empleados motivados, y
b) Cuando los empleados se encuentran realmente motivados exhiben mayor voluntad de hacer un esfuerzo extra (más allá de lo que se les exige), mayor lealtad, mayor voluntad de recomendar a su empresa como un buen empleador, y mayores esfuerzos por inspirar a sus colegas mediante acciones y comentarios.
Éste es un momento clave en lo que respecta al estudio de la motivación de los empleados: hemos descubierto lo que realmente inspira a nuestros colaboradores. La fuente de la motivación no tiene relación con los almuerzos, sino con hasta qué punto la confianza, los valores y la misión de la empresa realmente inspiran y determinan las actividades e interacciones diarias.