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(TALENTO – MILLENNIALS – LEALTAD) Luis Huete, Profesor del IESE Business School y Javier García Arevalillo, ex Director de Proyectos de Huete & Co. de España, destacan en este artículo que en 2025 se espera que más del 45% de las empresas del Fortune Global 500 sean originarias de países en desarrollo, factor que precipitará aún más la presencia mayoritaria de los Millennials en el mundo empresarial. ¿Deberán cambiar las empresas o los Millennials acabarán por adaptarse a la forma de funcionar habitual de las empresas en donde imperan los sistemas de control y las jerarquías?

Es una cuestión que muchos han tratado de responder con datos, pero que nadie puede asegurar a ciencia cierta. Lo que casi nadie parece plantearse es: ¿qué sería bueno que sucediera? ¿Pueden los Millennials aportar otro aire a las empresas, otra forma de funcionar que sea más humana y menos individualista, menos obsesionada por las carreras verticales y el logro de los privilegios que sólo unos pocos de la cúpula disfrutan?

¿Pueden los Millennials aportar otro aire a las empresas, otra forma de funcionar que sea más humana y menos individualista, menos obsesionada por las carreras verticales y el logro de los privilegios que sólo unos pocos de la cúpula disfrutan?

 

En 2011 hubo una reforma en los hospitales de Boston. Ante la realidad de dedicaciones laborales semanales de 120 horas se decidió poner un límite de 80. Hubo médicos que protestaron, acostumbrados a llevar esas jornadas exhaustivas con frecuencia. Katherine C. Kellogg, profesora asociada de Organizational Studies en el MIT, decidió investigar las diversas reacciones a esta reforma, y dio con un dato curioso: frente a la esperada escisión entre los trabajadores 24/7 y el colectivo de padres de familia (sobre todo madres) que querían pasar más tiempo con sus familias, un grupo destacaba por su apoyo en bloque a la reforma: los Millennials.

Nos hemos acostumbrado, en cierta medida, a vivir para trabajar. Y tal vez la mejor aportación que puede traer la nueva generación es precisamente cambiar ese statu quo. Porque quizá no les convence un modo de concebir el trabajo como un concurso de comer tartas en el que el premio sea… Una tarta. Acompañada de una indigestión que merma la salud en sus muchas variantes.

Entonces, ¿qué mentalidad traen a la empresa? Ya un informe de PwC de 2013 arrojaba datos interesantes sobre cómo está siendo el engarce de los primeros Millennials. Resaltamos los rasgos más interesantes:

1. El desarrollo y la conciliación por delante del dinero: el top 3 de razones por las que escoger/mantenerse en un trabajo está encabezado por el nivel de desarrollo que le proporcione, seguido de la flexibilidad para compaginar trabajo y vida social. Sólo en tercer lugar vendría el dinero. Es lo que avanzábamos antes: quizá estamos ante un verdadero cambio en la forma de concebir el trabajo. Y en este aspecto hay mucho que hacer: más del 28% de los encuestados (4,364 Millennials licenciados procedentes de 75 países) afirmó que su empresa no respondía a la conciliación prometida o esperada.

2. La cuestión de la lealtad: es quizá el punto sobre el que más interés se ha generado en las empresas. El alto costo de reemplazar a un empleado se dispara con su nivel de responsabilidad, y las empresas no están en condiciones de afrontar grandes porcentajes de rotación. En otro informe parecido realizado 5 años antes, el 75% de los encuestados esperaba trabajar para de 2 a 5 empresas distintas a lo largo de su carrera. Ahora ese porcentaje está en el 54%, mientras que el de los que esperan tener más de 6 trabajos distintos ha pasado del 10 al 25%. En 5 años. Y el verdadero drama puede venir más adelante: otro dato encuestado es que más del 72% piensan que han tenido que claudicar o ceder algo para entrar a trabajar en su empresa actual… y sólo el 18% esperan seguir en ella en el medio-largo plazo. Es previsible, pues, una gran rotación cuando la crisis mitigue y permita más movilidad laboral.

3. El entorno tecnológico. Son varios los puntos interesantes a destacar aquí. Primero, se ha dado un fenómeno inédito en muchas empresas: los gadgets y las herramientas tecnológicas usadas en el trabajo son muy inferiores a las que sus trabajadores usan en casa. El Millennial medio se despierta apagando la alarma de su smartphone, consulta Twitter en la tablet mientras desayuna, cuelga unas fotos de la última fiesta en la nube, coge el metro para ir al trabajo… y se sienta delante de un PC de 5 años al que la palabra obsoleto no hace justicia.

Sin embargo, el tema tecnológico tiene sus aparentes contrapartidas. Un 41% de los encuestados afirman sentirse más cómodos comunicándose por mail que cara a cara. Y eso puede acabar siendo un problema. Al hablar en anteriores artículos de los grandes cambios tecnológicos que nos esperan, destacábamos la probable incidencia de la Inteligencia Artificial en un posible cambio en el modo de trabajar. Deborah Henretta, Presidenta del Grupo Procter&Gamble, afirma: “La forma de trabajar va a cambiar dramáticamente. El concepto de trabajo se volverá más flexible. Las habilidades requeridas irán más por el plano de la inteligencia emocional que la racional (IQ), porque, si lo piensas, mucho conocimiento del tipo IQ estará disponible a un solo click o gesto en la pantalla de nuestro ordenador o móvil.”

Ante la irrupción de tecnologías como Siri, capaces de gestionar peticiones complejas de clientes, el tipo de tareas que sólo podrán hacer hombres son, precisamente, las más “humanas”, las que implican más a la inteligencia emocional. Y una generación que se muestra tan reticente a las conversaciones cara a cara tendrá que cambiar de chip.

4. Ascender rápido y de forma global: ya hemos hablado del narcisismo latente en esta generación y de su posible origen. Una de sus consecuencias es el deseo marcado de ascender rápido, unido al gusto por un entorno global: a esta generación le encanta viajar y relacionarse con culturas y personas distintas y lo más diversas posibles. Variedad y singularidad son unos fuertes motores en la elección de trabajo para un Millennial.

5. Responsabilidad social. A los Millennials les gusta trabajar para las empresas que les atraen como clientes. Es decir, no sólo por el producto o servicio que ofrecen, también por el cómo lo ofrecen. Empresas con un gran sentido de responsabilidad con sus trabajadores, clientes y por extensión con toda la sociedad son empresas que atraen a los Millennials, y son para las que desearían trabajar en caso de poder elegir. Volveremos un poco sobre esto en el siguiente artículo.

Este sería, a grandes rasgos, el panorama que se les presenta a los directivos que quieren atraer el talento de esta generación.

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